El Manresa-Barça pasa a la historia tras disputar cuatro prórrogas.
En un partido de récord entre el Ricoh Manresa y el Regal FC Barcelona, la fe del equipo pequeño pudo más que el poderío de un conjunto repleto de talento en un partido en el que los del Bages se impusieron por 122-117 después de cuatro prórrogas.
Fue un partido épico y lleno de igualdad. Los hombres que dirige Jaume Ponsarnau batieron su récord de anotación en la ACB (120 puntos) y el de tiros libres de la ACB (55 lanzamientos anotados).
Un partido increíble que se llevó el equipo que menos se jugaba. El Manresa suma ya 13 victorias y se consolida en la octava posición de la clasificación, olvidándose ya de la permanencia.
La presión fue máxima desde el primer momento y los ánimos se caldearon especialmente cuando García Ortiz pitó una falta técnica al banquillo del Manresa. Con los tiros libres, Navarro situaba el 4-12 en el marcador. Una diferencia que el mismo jugador amplió hasta los 10 (4-14, m. 8), la máxima del partido. Al final del cuarto la ventaja del Barça era de 7 puntos (14-21, m. 10).
Pero el Manresa tenía claro que podía superar a un Barça que no estaba mostrando su mejor juego. Trabajando mucho en defensa y aprovechando sus opciones en ataque, el Manresa consiguió empatar por primera vez el partido (35-35, m. 19), gracias a un espléndido Guille Rubio (que acabó con 34 puntos y un 37 de valoración).
Pero el Manresa tenía claro que podía superar a un Barça que no estaba mostrando su mejor juego. Trabajando mucho en defensa y aprovechando sus opciones en ataque, el Manresa consiguió empatar por primera vez el partido (35-35, m. 19), gracias a un espléndido Guille Rubio (que acabó con 34 puntos y un 37 de valoración).
En la primera prórroga, el Barça empezó mandando, pero el Ricoh no se desenganchaba. El empate fue obra de Bulfoni, con una gran canasta que dejaba el marcador a 81 y a por la segunda prórroga.
En los siguientes cinco minutos extra, un gran Navarro daba a entender que la lógica acabaría imponiéndose. No fue así, Navarro falló un tiro libre, a falta de 10 segundos y Ibaka volvió a empatar el partido (93-93, m. 50).
En la tercera prórroga, el Ricoh se ponía por delante con una ventaja gracias al acierto des de los tiros libres de Guille Rubio de 6 puntos (101-95, m. 53). Esta vez, la remontada para el Barça era obra de Fran Vázquez (muy grande, consiguió 45 puntos de valoración) con una jugada de 2+1 y Lakovic con un triple (101-101, m. 54). El empate que forzó la nueva prórroga fue obra de Lubos Barton con una canasta a falta de 6 décimas que dejaba el marcador 108-108. Se confirmaban los récords.
Empezaba la cuarta prórroga y el Barça ya no tenía Navarro que acaba de ser eliminado por cinco faltas personales. Esta vez el equipo de Xavi Pascual ya no fuecapaz de ponerse por delante en ningún momento.
El Manresa, sin duda, era el que luchaba con más ganas por llevarse la victoria. Muestra de ello fue, por ejemplo, el tapón que Javi Rodríguez le endosó a Basile. Al final, la diferencia quedó en 5 puntos (122-117) y para siempre en la memoria de la afición manresana una de las victorias más épicas de su equipo.
En los siguientes cinco minutos extra, un gran Navarro daba a entender que la lógica acabaría imponiéndose. No fue así, Navarro falló un tiro libre, a falta de 10 segundos y Ibaka volvió a empatar el partido (93-93, m. 50).
En la tercera prórroga, el Ricoh se ponía por delante con una ventaja gracias al acierto des de los tiros libres de Guille Rubio de 6 puntos (101-95, m. 53). Esta vez, la remontada para el Barça era obra de Fran Vázquez (muy grande, consiguió 45 puntos de valoración) con una jugada de 2+1 y Lakovic con un triple (101-101, m. 54). El empate que forzó la nueva prórroga fue obra de Lubos Barton con una canasta a falta de 6 décimas que dejaba el marcador 108-108. Se confirmaban los récords.
Empezaba la cuarta prórroga y el Barça ya no tenía Navarro que acaba de ser eliminado por cinco faltas personales. Esta vez el equipo de Xavi Pascual ya no fuecapaz de ponerse por delante en ningún momento.
El Manresa, sin duda, era el que luchaba con más ganas por llevarse la victoria. Muestra de ello fue, por ejemplo, el tapón que Javi Rodríguez le endosó a Basile. Al final, la diferencia quedó en 5 puntos (122-117) y para siempre en la memoria de la afición manresana una de las victorias más épicas de su equipo.
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