La calidad prevalece sobre el esfuerzo.
La calidad de los jugadores ofensivos del Villarreal marcó la diferencia ante un Athletic mediocre que no tuvo la chispa de otros días en El Madrigal. Ambos equipos llegaban al partido con la intención de olvidar sus últimas derrotas. Demostró más ganas de hacerlo el Villarreal, que perdió tres puntos en el Calderón que parecían ganados ante un rival directo por el cuarto puesto.
Salieron mejor los amarillos desde el principio pero no lograron romper el cascarón hasta la segunda parte tras un primer tiempo flojo. Rossi buscó alianzas con el turco Nihat, que tuvo la primera del partido a los diez minutos tras un servicio de su socio italiano. Prácticamente, fue la única acción de peligro en unos primeros 45 minutos de brega en los que el Athletic aguantó bien en defensa.
En el 53', Ibagaza hilvanó la aguja y colocó un balón perfecto a Rossi, un delantero de garantías que esta vez perdonó ante Iraizoz con un remate alto cuando se esperaba el primer gol local. El Athletic asistió preocupado al despertar del 'Caño', que volvió a encontrar el pasillo correcto con otro pase que desaprovechó un Nihat que todavía no es el que era.
Las amenazas del Villarreal se concretaron cuando en el 68 cogió la pelota Rossi, se abrió hacia el centro y encontró a Cazorla solo en la derecha. El internacional español definió como el mejor de los delanteros con un remate potente e inapelable que significó el 1-0.
Las amenazas del Villarreal se concretaron cuando en el 68 cogió la pelota Rossi, se abrió hacia el centro y encontró a Cazorla solo en la derecha. El internacional español definió como el mejor de los delanteros con un remate potente e inapelable que significó el 1-0.
Con la lata abierta, el Athletic se expuso a la sentencia sólo dos minutos después en una contra dirigida por Rossi y resuelta mal por Joseba Llorente, que cruzó el balón en exceso ante Iraizoz. Al Athletic sólo le quedó encomendarse al talento de Fernando Llorente, que puso a prueba la nueva internacionalidad de Diego López con un remate desde la frontal antes de que llegase la expulsión de Susaeta, que complicó todavía más las cosas a los visitantes.
Con el partido agonizando llegó el premio del segundo gol para el Villarreal en las botas de Matías Fernández, que saltó al terreno de juego a falta de ocho minutos con ganas de comerse la hierba. El chileno amagó con el cuerpo, engañó a sus marcadores y se zafó del último obstáculo con un recorte antes de lograr su segundo gol consecutivo tras el conseguido la semana pasada. Esta vez, Matigol pudo celebrar además un triunfo que mantiene firme al Villarreal en el cuarto puesto y deja al Athletic a la baja.
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