Un Murcia irregular amaga pero no pega al gris Madrid.
Ni un Real Madrid brillante ni un CB Murcia constante. La diferencia entre ambos equipos quedó patente en las sensaciones del partido, pero ni en su desarrollo ni en su resultado. El equipo blanco, relajado casi siempre y realmente competitivo en momento puntuales, no pasó demasiados apuros ante un equipo que va abajo, claramente, por sufalta de constancia defensiva. Sólo cuando apretó atrás (en las líneas de pase y en la lectura de los cortes del rival sobre todo) el Murcia pudo competir. El partido, en fin, no tuvo mucha más historia.
Kennedy Winston demostró que puede ser un jugador interesante si va entrando en la rotación. Tiene mucha calidad y, cuando se picó con Chris Moss al final del partido, demostró que puede ser agresivo en los dos tableros. Marko Tomas y Jeremiah Massey también dieron la cara. Más necesario será el tiro exterior del primero, mientras que el segundo sigue demostrando que es más efectivo cerca del aro, o de fuera a dentro, que en la media y larga distancia.
Al final, un partido así se decide por la inmensa diferencia de talento entre ambos equipos. Bullock arrancó como un tiro (11 de los primeros 14 puntos del conjunto blanco) y Llull le dio la réplica al final. Si el Murcia hubiera querido competir, tendría que haber prolongado sus ratos de inspiración y atención defensiva. No parece falta de intensidad ni de que los partidos estén mal trabajados. Es ese hambre que distingue a los grandes de los que no lo son tanto.
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