Sólo el Atleti es capaz de algo así.
Y así se tomó el encuentro ante el Barça. Salió a por todas y encontró su premio... a medias. Primero Agüero avisó estrellando en el lateral de la red un balón que medio estadio vio dentro. Y luego un trallazo de Maxi dobló las manos a Valdés y permitió a Heitinga marcar, pero un error del asistente de González Vázquez invalidó el tanto del holandés. Fiel a su leyenda de 'Pupas' del 1-0 y el dominio del partido se pasó al... ¡0-2!
Henry, el mejor de los culés, conectó un espectacular disparo escorado y fuera del área que se coló como un obús por la escuadra de Leo Franco, que se estiró todo lo que pudo, pero no llegó al balón. Lo de siempre, pensó más de uno.
Y más se acrecentó la zozobra rojiblanca cuando a la media hora apareció Messi, que llevaba varios partidos 'missing', controló un balón cerca de la frontal, rompió a Assunçao y a Pablo y se metió como un misil en el área para perforar la meta de un desesperado Leo Franco.
Sin embargo, un minuto después el Atlético se encontró con el pelín de fortuna que le faltó hasta entonces, ya que Forlán le metió en el partido con un obús de zurda que se coló por la escuadra de un adelantado y sorprendido Valdés.
El Atlético volvió algo dormido de los vestuarios. El Barça parecía controlar sin sobresaltos y hasta pudo poner más tierra de por medio si Etoo hubiera acertado solo ante Leo Franco tras un gran pase de Gudjohnsen. Pero lo que son las cosas. En la siguiente jugada Márquez falló estrepitosamente en el despeje, Agüero controló el esférico, se perfiló y cruzó raso lejos del alcance de Valdés. El Calderón se venía abajo.
El Barcelona agradeció el perdón rojiblanco volviendo a adelantarse. Pablo no hizo bien la salida al fuera de juego, Gudjohnsen se quedó solo ante Leo Franco y se la puso a Henry para que muy apurado batiera por tercera vez el marco rojiblanco.
El Atlético estaba herido, pero no muerto y atacaba con todo. Abel sacó a Sinama por Maxi y el francés salió a por todas. En un centro sobre el área de Antonio López, el galo buscó el remate, pero Henry se lo llevó por delante. Aunque González Vázquez tardó en señalar el penalti, finalmente lo marcó. Forlán, en una gran tarde, no perdonó y puso las tablas una vez más.
Era sólo el prolegómeno del acto final. Ahí apareció el mejor Agüero para llevarse por fuerza un balón ante Márquez dentro del área y batir por bajo a Valdés provocando el delirio en el Calderón.
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