El Deportivo paga cara su falta de audacia.
Juega contra el rival deseado en el sorteo, pero el Deportivo tendrá que remontar dentro de una semana tres goles en Riazor para disputar los octavos de final de la Copa de la UEFA. Al equipo de Lotina le sobró respeto. Alertado por la referencia del Aalborg en la actual Liga de Campeones y disminuido por ausentes y dolientes, salió al campo pertrechado con tres centrocampistas de corte defensivo y una línea trasera de cuatro en la que el lateral derecho lo cubría un central, Adrián López. Demasiada gente tras la pelota cuando se trataba de armar el ataque, demasiados metros por delante para sorprender al rival.
Pudo marcar en el primer minuto, pero a partir de ahí le faltó entidad para tocar y encontrar sus opciones. Los daneses plantearon acciones ofensivas fugaces y, como tampoco les sobra clase, jugaron casi siempre sin el balón. Estuvo cómodo el Deportivo porque el rival pronto mostró que le faltaba aliento en la presión: ayer regresaba a la competición tras dos meses de parón. Esa relajación propició la aparición de referencias como Sergio o Valerón, pero descubrió también las desventajas propias de actuar en inferioridad numérica en las inmediaciones del área.
El primer gol llegó a los 54 minutos por medio de Due. El Deportivo se desató corsés. En su primera incursión más allá del medio campo Lopo cabeceó un saque de esquina y Mista remachó en escorzo al larguero. Pocos minutos después fue Sergio el que también pudo marcar, pero el partido se abrió. El Aalborg tenía abierta la contra y la aprovechó dos veces más.
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