El Jarama, tocado de muerte.
Una sentencia, que resuelve la denuncia de un vecino, obliga a que en el mítico circuito madrileño no puedan superarse los 65 decibelios, lo que provocaría la desaparición de las pruebas de motociclismo.
El velódromo de la capital, testigo histórico del mundo del motor, y concretamente del de las dos ruedas, acentúa su declive por culpa de la denuncia de un vecino. La sentencia reconoce a ese vecino el derecho a que no le llegue ningún tipo de ruido que proceda del circuito y obliga a fijar el límite de decibelios del trazado en 65, es decir, idéntico límite al que tienen las zonas residenciales de la ciudad.
No obstante, el director del trazado, cuya titularidad pertenece al RACE, ha adelantado que "estamos a punto de firmar con el Ayuntamiento un acuerdo en el que nos dejarán 20 días libres de ruido, seis fines de semana al año para poder hacer carreras".
Ese permiso especial, sin embargo, no permitiría realizar pruebas de motociclismo ya que no se puede asegurar que el nivel de ruido no supere los 65 decibelios, sobre todo teniendo en cuenta que en una carrera de motos, se llegan incluso a los 98 decibelios. Y todo ello, a pesar de las pantallas acústicas de protección que existen en el autódromo y que se presumen insuficientes para disminuir el nivel de ruido.
Por este motivo, sólo tendrá cabida en el Jarama la realización del Europeo de Camiones, la Superleague Fórmula o el Nacional de GT, no contemplándose ninguna competición de dos ruedas, lo cual provocaría que, prácticamente, desapareciesen las pruebas de motociclismo del legendario circuito madrileño.
No hay comentarios:
Publicar un comentario