Kobe, Shaq, Pau y Ali, la magia del All Star.
En 17 minutos justitos, Pau Gasol amasó 14 puntos y, con ocho capturas, se alzó como máximo reboteador del Oeste: 20 en dos All Stars. Más estadística demoledora: con Gasol en juego, los Lakers han ganado 63 partidos de 78. Y eso es mucho, muchísimo.
Shaquille O'Neal se hizo el amo de la escena. Shaq apenas necesitó once minutos para hacerse con 17 puntos, robar el show y subirse al protagonismo del MVP, que parecía reservado por narices a Kobe Bryant. Lo que hizo Shaq fue un alegre canto al espectáculo. Y los 27 puntos de Bryant, otro canto, sombrío e inquietante, a la desmedida ambición ganadora. Literalmente: este chico es un demonio. Una fiera competitiva. Aunque no fuese lo mismo, MVP para los dos.
Con Gasol, Yao Ming, Bryant, Shaquille, Duncan y Stoudemire, la potencia de fuego del Oeste resultaba excesiva. El Este galopó de salida: 0-7. Con 8-20, Jackson colocó a O'Neal junto a Bryant, y el Oeste voló con alas de fuego: 19-0, 13 puntos consecutivos entre Shaq y Kobe. Ni con cinco LeBron hubiera podido remontar el Este. Surgió Gasol, agresivo y colectivo, con diez puntos al descanso: 72-67. Con 92-83, Kobe y Shaq, Shaq y Kobe, volvieron a unirse en un parcial de 15-6 que acabó con todo.
Muhammad Ali, bello ídolo de Norman Mailer, temblorosa sombra de leyenda posada sobre las sillas de pista del US Airways Center. Jackson, McCain, Ali, Shaq, Kobe y Pau se unieron en esta lección de vida. Al fin, quedó claro lo que hacía Shaquille O'Neal: danzar como un elefante y golpear como una maza. A las órdenes de Kobe Bryant, miren por dónde.
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